Antes de hablar sobre el tratamiento de las fracturas óseas con entrenamiento oclusivo,  dejemos claro la necesidad de empezar cuanto antes la recuperación. Tras sufrir una fractura y acudir a urgencias, se ha establecido como tratamiento la imposición de una inmovilización. Sin embargo, la evidencia científica es clara sobre las alteraciones en el estado de salud por periodos de reposo total.  Aún hoy, siento decirte que no estamos haciendo las cosas bien. 

Y es que la inmovilización, como cualquier tratamiento, no está exento de riesgos. Los ensayos clínicos actuales no apoyan su uso en todos los tipos de fracturas, ni en todas las personas. Además, los efectos negativos de la inmovilización hacen de este «tratamiento» una vía poco eficaz para potenciar la recuperación tras una fractura. Si quieres saber más sobre esto, no olvides revisar esta entrada.

¿Qué ocurre si esperamos a retirar la inmovilización tras una fractura para empezar el tratamiento?

Nuestro estado de salud está en constante cambio. Sus determinantes biopsicosociales están interaccionando de forma constante y de forma compleja. Pero dentro de esta realidad tan compleja, hay algo que está muy muy claro: el tiempo que necesitamos para que disminuya nuestro estado de salud es mucho menor que el que necesitamos para recuperarlo

Cualquier lesión supone una disminución de nuestro estado de salud. Todos los sistemas que conforman nuestro cuerpo (ej. muscular, nervioso, endocrino, inmune…) van a sufrir cambios debido a esta situación de «amenaza». La velocidad con la que dichos sistemas empiezan a desadaptarse durante la inmovilización es vertiginosa. En su conjunto,  todos las alteraciones que se producen debido al desuso o la inmovilización se conoce como síndrome desacondicionamiento general. Si queréis profundizar sobre este tema, os recomiendo revisar esta entrada. A continuación,  os pongo algunos ejemplos de los efectos de la inmovilización prolongada tras una fractura. 

Pérdida de la Masa Muscular

El aumento del catabolismo a nivel muscular debido a la inactividad provoca una caída drástica de los niveles de mas muscular (Appell H.J, 2019)

Reducción de la Fuerza

Hasta un 47% de la fuerza se puede llegar disminuir tras 2 semanas de inmovilización (Hortobágyi T et al, 2000)

Disminución de Densidad Ósea

El desuso provocado por la inmovilización incrementa el riesgo de osteoporosis, hipercalciuria y de fractura (Sievänen H, 2010)

¿Cómo el entrenamiento oclusivo es vital en el tratamiento tras una fractura ósea?

El entrenamiento oclusivo se caracteriza por el uso de cargas mecánicas muy muy bajas. Recuerda que al producirse una fractura ósea, su capacidad de tolerar cargas mecánicas disminuye en gran medida, por lo que durante gran parte del proceso de rehabilitación la persona no podrá tolerar cargas altas (ej. la persona no podrá tolerar ponerse de pie tras una fractura de tobillo).

Sin embargo, gracias el entrenamiento oclusivo y la aplicación de cargas bajas (ej. realizar flexión plantar sentado  con entrenamiento oclusivo) la persona podrá comenzar su proceso de rehabilitación de forma temprana tras sufrir una fractura. Evitando así el síndrome de desacondicionamiento general (disminución fuerza, masa muscular…) provocado por el desuso, y a promover la actividad regeneradora de las células óseas. 

Evitar pérdida fuerza y masa muscular tras una fractura con entrenamiento oclusivo

El entrenamiento oclusivo con cargas bajas ha demostrado realmente eficaz en la mejora de la masa muscular o hipertrofia, así como en aumento de la fuerza  (Lixandrao M.E et al, 2019). 

Promover actividad regeneradora de células óseas tras una fractura con entrenamiento oclusivo

El entrenamiento oclusivo ha mostrado mejoras en los marcadores óseos relacionados con la formación de hueso, limitando o reduciendo aquellos en relación con la resorción ósea (destrucción hueso) (Bittar S.T et al,  2018)

Investigaciones sobre entrenamiento oclusivo y tratamiento de fracturas

Fractura de Calcáneo y Entrenamiento Oclusivo

Un jugador de hockey profesional masculino de 22 años sufrió una fractura de astrágalo no desplazada. Se llevó a cabo una rehabilitación no quirúrgica integral que incluye entrenamiento oclusivo o con restricción del flujo sanguíneo (BFRT). Las medidas de dolor y función mejoraron durante la rehabilitación. La circunferencia de la extremidad inferior no cambió después de la lesión. Además, el paciente volvió a jugar en menos de 7 semanas, mientras que los protocolos actuales de manejo de la fractura de astrágalo indican fijación quirúrgica y 6 semanas de inmovilización.

Osteocondritis Desecante y Entrenamiento Oclusivo

Un jugador de fútbol americano universitario de 19 años con dolor de rodilla,  y  defectos osteocondrales del cóndilo femoral medial con cuerpos sueltos y un esguince colateral medial (MCL) de grado I. La intervención médica y terapéutica incluyó microfractura artroscópica, condroplastia, extracción de cuerpos sueltos y un programa de rehabilitación de 6 meses que incluyó el uso de entrenamiento oclusivo. En contraposición, la evidencia actual estima una recuperación de 7 a 11 meses después de la cirugía de microfractura para el tratamiento de las lesiones del cartílago articular. 

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