Los ejercicios de codman son un clásico en la rehabilitación del hombro, ya sea en periodos post-quirúrgicos como en condiciones de dolor de hombro persistente en el tiempo. Efectos de muchos tipos han sido atribuidos a estos ejercicios, desde un estiramiento de la cápsula hasta un aumento del espacio subacromial, pasando por un trabajo de movilidad asistido por la gravedad en el cuál podemos hacer oscilaciones pendulares anteroposteriores o lateromediales para trabajar la movilidad pasiva glenohumeral o escápulotorácica.

Pese a que estos ejercicios pueden formar parte del proceso de recuperación tras una lesión de hombro o un proceso de dolor, presentan serias limitaciones. Los fisioterapeutas y readaptadores deben conocer las objeciones que presentan los ejercicios de Codman para poder emplearnos o no de forma crítica. 

¿Cuáles son las principales limitaciones de los ejercicio de Codman para el hombro?

Dificultad de realización de los ejercicios de Codman

Las indicaciones para su realización son simples, que no fáciles de replicar: dejar el brazo caer y usar el movimiento del tronco para que se produzcan oscilaciones pendulares en la extremidad superior hacia delante y detrás y lateralmente. A pesar de la aparente facilidad de la indicación, son muchos los pacientes que relatan que no son capaces de “dejar caer” el brazo dada la rigidez del mismo en el periodo post-quirúrgico. 

A parte de la dificultad en su realización, encontramos que muchos de los efectos que se le atribuyen (estiramiento capsular, aumento espacio subacromial y mejora de la movilidad glenohumeral) no son del todo así.

Los ejercicios de Codman no modifican el espacio subacromial

En el siguiente estudio se vio que los ejercicios de codman no generan efectos en el espacio subacromial. El espacio subacromial es ya un clásico “culpable” del dolor de hombro, a cuya disminución o compresión, ha sido atribuida la etiología de múltiples procesos dolorosos del hombro (en la actualidad conocemos que parece no ser un factor determinante). De los 34 pacientes con dolor de hombro por “reducción del espacios subacromial“ que se incluyeron en el estudio, la mitad de ellos se aleatorizaron para realizar los ejercicios de codman con peso y la otra mitad sin peso, se realizaban 3 veces al día durante 4 semanas. Pasado el tiempo del estudio se vio que no existían diferencias en el espacio subacromial, independientemente de si usamos o no peso.  

Los ejercicios de Codman no son específicos de la articulación glenohumeral

En el siguiente estudio se vio que se produce un mínimo movimiento en las articulaciones glenohumeral y escápulo-torácica, desarrollándose la mayoría del movimiento entre el tórax y el húmero. Después de la realización de un completo análisis cinemático y comprobar el rango de movimiento provocado por las oscilaciones anteroposteriores, mediolaterales y circulares, se observó que el movimiento que se producía en las articulaciones glenohumera y escápulo-torácica era mínimo. Es por ello que los autores concluyen que  los ejercicios de Codman no van a ser útiles para la recuperación de la movilidad en estas articulaciones.

Conclusiones y aspectos prácticos

Teniendo en cuenta esto, los ejercicios de codman no dejan de ser útiles como primera exposición al estiramiento pasivo de la extremidad superior. Sin embargo, tenemos dentro de nuestro arsenal terapéutico herramientas mucho más válidas y efectivas para las primeras fases post-quirúrgicas o en las primeras fases de la recuperación de cualquier lesión que tenéis a vuestra disposición en el blog.

Podemos concluir, por tanto, que los conocidos ejercicios de codman parecen no ser tan útiles como siempre habíamos pensado, una recuperación no se puede basar exclusivamente en ellos.