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5 puntos fundamentales sobre el dolor

¡A prisa, a toda prisa! Sin duda, hoy en día vamos siempre con prisa a todas partes. Ya sea para el trabajo, al estudiar o incluso disfrutando de nuestro tiempo libre, el tiempo  parece jugar en nuestra contra. Por este motivo, quiero ayudarte a que aprendas cinco conceptos muy básicos sobre dolor de la forma más rápida posible

Primer punto: El dolor es una experiencia necesaria e increíblemente compleja.

Dentro de la gama de estrategias que la evolución nos ha dispuesto para nuestra supervivencia (protección corporal), el dolor es una de las más destacadas. 

En cierta medida, el dolor depende de la capacidad de nuestro «sistema» para predecir, intuir y evaluar cualquier tipo de evento que pueda hacer peligrar nuestra integridad corporal, así como para dar una respuesta dinámica y modificable (experiencia de dolor). Este es el motivo de la relevancia de sentir dolor cuando es necesario (ej. tras producirse un corte en el dedo con un cuchillo que podría suponer un riesgo potencial). 

Por último, la complejidad de esta experiencia viene configurada por la cantidad y variedad de los factores que pueden incluir sobre ella, así como la relación entre los factores. 

Segundo punto: Los nervios transmiten información, no dolor.

La información que transmiten las fibras nerviosas aferentes (comúnmente conocidas como nervios sensitivos) es muy diversa. La que más se ha relacionado con el dolor es la de tipo nociceptivo. Esta información informa sobre situaciones de peligro actual o potencial en los tejidos.

Una vez el nociceptor ha captado un estímulo de nocividad (ej. traumatismo que ha causado la muerte de cientos de células), envía dicha información hacia hacia la médula, donde se encuentra un nociceptor espinal para hacer sinapsis (transmitir el mensaje).

El mensaje nociceptivo continuará hacia centros nerviosos superiores para servir a nuestro sistema en la elaboración de una respuesta adecuada ante la magnitud del estímulo. Un ejemplo podría ser la modulación de la respuesta inflamatoria en el área corporal donde se ha producido el traumatismo.

Tercer punto: La sensibilidad de los nociceptores (sensores de peligro o nocividad) es modificable.

El umbral necesario de superar de un determinado estímulo (ej. temperatura de una plancha) no siempre es el mismo para activar los nociceptores de un tejido concreto. Una de las situaciones que provocan la variación de dicho umbral es la inflamación. Durante la fase pro-inflamatoria, el umbral nociceptivo desciende. De esta forma, es más probable que el nociceptor se active ante estímulos de la misma intensidad. Sin embargo, durante la fase anti-inflamatoria se produce lo contrario. El umbral del nociceptor aumenta, siendo necesario una mayor intensidad del estímulo para que este se active. 

En cierta medida, esta variación del umbral del nociceptor (sensibilidad del receptor) se parece mucho al límite por el cual un radar de tráfico es capaz de captar la velocidad de un automóvil. El radar solo hace la foto y la envía a la dirección general de tráfico si el automóvil ha superado una determinada velocidad. Este límite puede modificarse en base a varias situaciones (ej. estado actual de la carrera). 

Cuarto punto: El dolor es una de las respuesta del sistema de protección.

Nuestro organismo dispone de una gran variedad de respuestas para asegurar su supervivencia. Desde la fiebre y la termorregulación (respuestas vegetativas) hasta las conductas de evitación y el movimiento (respuestas cognitivas) persiguen un mismo objetivo de protección corporal.

Un aspecto fundamental de su funcionamiento es la orquestación entre las distintas respuestas. Todas ellas funcionan como un conjunto, influenciándose unas a otras y cambiando la forma en la que nuestro cuerpo trabaja, cómo sentimos y qué decisiones tomamos.  

Este es uno de los grandes motivos por los que se necesita de una visión global del individuo y su relación con el entorno (sociedad, cultura…) para poder comprender qué puede motivar a nuestro sistema a recurrir a dichas respuesta de protección. 

Quinto punto: el dolor como un problema a solucionar.

En presencia de un daño en los tejidos, el dolor es una de las respuestas de las que se dispone para promover la protección del área lesionada (ej. focalización de la atención en el área corporal, sensación desagradable frente a actividades demandantes…). A prior, todo esto es positivo. 

Sin embargo, en aquellas situaciones en las cuales el dolor persiste más allá de los procesos de curación de los tejidos o cuando no hay ninguna necesidad de protección (ej. ausencia de daño), el dolor puede convertirse en un problema muy serio, pues provoca una grave disminución de la calidad de vida. 

Además, sus consecuencias se dan en todas las áreas de la salud (social, laboral, físico, emocional…). 

¿Dónde más puedo aprender sobre dolor?

La información es el bien más preciado para el tratamiento del dolor, por ello te voy a dejar algunas recomendaciones sobre libro que te ayudarán enormemente a entenderlo y a ponerle solución (recuerda, siempre que suponga un problema). 

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