La lesión del ligamento cruzado anterior de la rodilla (LCA) es una de las lesiones estrella en las consultas de fisioterapia. Esto se debe a su alta incidencia y la prolongada duración de la recuperación. Además, se une un amplio ratio de re-lesión, por lo que esta lesión supone todo un desafío para fisioterapeutas y pacientes.

Las características de la lesión del LCA han promovido que sea objeto de multitud de estudios para conocer el mejor manejo posible para la vuelta al deporte o a la vida normal de nuestros pacientes. Sin embargo, la mayor parte de la literatura se centra en la mejor técnica quirúrgica de reconstrucción de LCA, el mejor manejo pre y post-quirúrgico… dando por sentado que el gold estandar en el manejo de esta lesión, es la reconstrucción quirúrgica del LCA. Entre las principales razones por las que gran parte de los lesionados optan por pasar por quirófano son las siguientes:

  • Miedo a las secuelas
  • Vuelta a nivel deportivo previo
  • Inseguridad frente otros ttos
  • Consejo médico y/o cirujano

¿Es posible la recuperación tras la lesión del LCA sin pasar por cirugía?

A día de hoy sabemos que el tratamiento conservador es seguro y apto para volver al deporte, no existiendo diferencias con respecto al tratamiento quirúrgico (AMBOS son válidos). A pesar del volumen de literatura existente acerca de la lesión de LCA, a día de hoy, solo existen 3 estudios de calidad que comparen los tratamientos quirúrgicos y conservador (KANON TRIAL, COMPARE TRIAL y ACL SNNAP). 

El primero de ellos en 2010 y el segundo en 2021 mostraron que no existían diferencias significativas entre los tratamientos, siendo ambos manejos válidos para los pacientes con rotura de LCA, afirmando incluso que el tratamiento quirúrgico no era coste-efectivo (estudio). 

Sin embargo, el último de los estudios publicados en agosto de 2022 (ACL SNNAP) difiere con los 2 anteriores, concluye que la cirugía es superior al tratamiento conservador en términos de función, siendo la cirugía por lo tanto el tratamiento recomendado. A priori, estos resultados cambiarían el gold-estándar del tratamiento de LCA y lo volverían a situar en la cirugía, sin embargo, se deben hacer 3 consideraciones al respecto:

1. Alta tasa de cambio de intervención

La tasa de cambio de intervención en el grupo conservador es muy alta, entre el 39 y el 50% se sometieron a cirugía en los 18-24 meses posteriores. Esto podría ser visto como un fracaso del tratamiento conservador. Sin embargo, son muchas las razones de la elección como vimos previamente, (preferencia, desconfianza, problemas médicos…). Teniendo en cuenta la complejidad y la duración de la recuperación, los altibajos serán habituales dentro de la misma. Es por tanto difícil mantener la adherencia en el tratamiento conservador por la desconfianza en el mismo (sobre todo si el traumatólogo no lo apoya) y la creencia de que la cirugía arreglaría el problema.

2. Tratamiento de fisioterapia de baja calidad

El grupo que recibía fisioterapia solamente lo hacía en el marco del Sistema sanitario británico. No se especificó el número de sesiones recibidas (mínimo 6 sesiones durante un máximo de 3 meses) ni la distribución de las mismas. Esta intervención dista del tratamiento conservador del KANON TRIAL, dónde se dieron 53 sesiones de media (comprensible teniendo en cuenta que al ser un ensayo pragmático, el sistema sanitario británico difícilmente podría soportar tal número de sesiones). 

3. Distintas poblaciones de estudio

El ACL SNNAPP es un ensayo clínico pragmático que recoge datos de múltiples centros sanitarios británicos. Al ser pragmático, los 316 sujetos del SNNAP trial presentaban una lesión no aguda de LCA (varios meses después) y síntomas de inestabilidad de rodilla persistentes. Además, nunca habían recibido tratamiento de fisioterapia con anterioridad (peor pronóstico).

Conclusiones y aspectos prácticos

Ante una lesión aguda de LCA, ante la falta de estudios de calidad (solo existen 3), la opción no quirúrgica seguiría siendo la de elección, quedando la cirugía para aquellos casos donde los síntomas persistan o para aquellos que tengan esa preferencia. Del mismo modo, en virtud de los datos obtenidos en el SNAPP trial, aquellos pacientes con rotura de LCA no-aguda que presenten síntomas de inestabilidad sin haber recibido fisioterapia previa se beneficiarán más de la cirugía que de un tratamiento de fisioterapia de corta duración (6 sesiones mínimo). 

Si te interesa la rehabilitación de pacientes que han sufrido la lesión del LCA, no puedes perderte la siguiente entrada sobre el uso del entrenamiento oclusivo como herramienta en la recuperación.