¿Qué puedo hacer para disminuir el dolor en el pie? Si has probado todo tipo de terapias pasivas y nos has encontrado una mejora real a medio largo plazo, en esta entrada te mostraré cómo el flossing disminuirá el dolor en el pie. Y para ello, hoy hablaremos  sobre un caso clínico de un jugador de fútbol con dolor en el pie diagnosticado de sesamoiditis.  

Sin embargo, será s igualmente aplicable a cualquier tipo de lesión en el pie (fascitis o fasciopatias plantares, espolones calcáreos…). También te servirá de ayuda si tu paciente tiene dolor en el pie, aunque no haya cambios en los tejidos. 

¿Sesamoiditis? ¿Qué es?

Los huesos sesamoideos del pie se encuentras en la primera articulación metatarsofalángica. Generalmente son dos los huesos que suelen estar presente, aunque puede haber excepciones (American College of Foot and Ankle Surgeons). 

Ambos huesos sesamoideos son muy relevantes para la marcha y la carrera, pues sirven como poleas anatómicas para los tendones del flexor corto del dedo gordoflexor hallucis brevis. De este modo, los huesos sesamoideos están involucrados en todas aquellas tareas motoras que involucren la flexión y extensión de la primera articulación metatarsofangica (ej. caminar, correr, saltar…)

Tratamiento dolor en el pie, sesamoiditis

La lesión más común en relación a los huesos sesamoideos es la fractura ósea. Esta puede darse por un traumatismo directo con la articulación en extensión, o también producirse por un exceso de estrés mecánico que supera la capacidad de adaptación del hueso (fractura por estrés). 

A pesar de que la fractura puede parecer el peor escenario, en ocasiones pueden darse procesos inflamatorios repetidos en la zona de los huesos sesamoideos sin traumatismo o lesión aparente. Esto es lo que conocemos como sesamoiditis. 

Tratamiento con flossing del dolor en el pie (sesamoiditis)

Signos y Sintomas

La clínica más habitual de los pacientes que presentan una sesamoiditis sueles ser: 

  • Incremento del dolor en la base del primer dedo relacionado con la bipedestación y cualquier acción que aumente las cargas de compresión sobre la zona metatarsal. 
  • Incremento del dolor en la base del primer dedo relacionado con cualquier acción que requiera de la flexión activa y extensión de la primera articulación metatarsofalángica, como puede ser el despegue o toe off al caminar.
  • Limitación funcional en la flexión plantar y dorsiflexión de tobillo, así como en la flexión y extensión de la primera metatarso falángica. 

¿Cómo se produce la sesamoiditis?

Cuando hablamos de sesamoiditis es muy importante que se tenga claro de que no hablamos de una lesión o patología como tal, pues no existe una alteración de los tejidos. En este caso, la sesamoiditis es un síndrome o cuadro clínico que cursa con una serie de signos (ej. inflamación, limitación de la movilidad…) y síntomas (ej. dolor y  sensación de rigidez en la primera articulación metatarsofalángica) comunes en varios pacientes. Esta diferenciación, entre síndrome y enfermedad, puede ser tremendamente relevante para la evolución del paciente. No siempre los profesionales y los pacientes tienen claro la posibilidad de que exista dolor sin una lesión o alteración de los tejidos corporales, y viceversa. Si quieres profundizar sobre el tema, te dejo una entrada realmente interesante al respecto. 

Aclarada la diferencia entre enfermedad y síndrome, podemos volver a centrarnos en el origen de la sesamoiditis y su relación con el dolor. El origen de este cuadro clínico es multifactorial, aunque un factor clave es la tolerancia a la carga. Tanto el dolor, como la posible respuesta inflamatoria, pueden deberse a un desequilibrio agudo o permanente en el tiempo entre la carga mecánica y la tolerancia al estrés de los tejidos involucrados. 

Si la carga de las actividades del día a día, profesionales y/o deportivas supera la capacidad que tiene nuestro cuerpo de adaptarse, puede llevar a nuestro cuerpo a interpretar dichas actividades como peligrosas o amenazantes. Se debe tener en cuenta que si la carga mecánica supera la capacidad de adaptación del tejido en gran medida puede dar como resultado final la lesión del mismo, poniendo en riesgo nuestra supervivencia. Por ello, antes de que esto ocurra, nuestro cuerpo pone en marcha un amplio sistema de protección corporal donde el dolor es una de las  principales vías de protección. 

¿Por qué sentimos dolor en el pie con la sesamoiditis?

tratamiento del dolor en el pie por sesamoiditis con flossing

Ya hemos comentado anteriormente que el dolor es una de las respuestas de protección más importantes que poseemos. La aparición de dolor en acciones que suponen una mayor demanda mecánica para la primera articulación metatarsofalángica (ej. extensión en carga monopodal) puede llevar a la persona a evitar realizar este tipo de acciones. 

Sin embargo, lo que a priori podría ser de gran utilidad, como evitar dichas acciones para disminuir las cargas y permitir la adaptación de nuestro organismo, puede desembocar en un proceso de desadaptación o atrofia por falta de estímulo mecánico. Esto es muy común en los proceso de inmovilización o reposo

Mientras que el cuerpo interprete la carga que suponen las actividades que realizamos como algo «potencialmente peligroso» para nuestro organismo, las respuestas de protección como el dolor persistirán. Incluso, pueden ir incrementando con el paso del tiempo debido a que cada vez la tolerancia de los tejidos involucrados (ej. densidad ósea, niveles de fuerza, atrofia muscular…). 

¿Por qué usar flossing y ejercicio en la rehabilitación del dolor en el pie?

Para evitar que se produzca el desacondicionamiento de la musculatura de la extremidad inferior y que aumente la intensidad del dolor como respuesta de protección, lo más importante es enfocar el tratamiento de la sesamoiditis a través del ejercicio físico y de la educación. 

Explicar al paciente porqué el dolor es una respuesta de protección y cómo a través del ejercicio podemos «convencer» a nuestro cuerpo de que no es necesario aumentar esta respuesta es el primer paso en cualquier recuperación. Hay muchas formas de educar a los pacientes, en mi web dispones de algunos materiales gratuitos para ello. 

En segundo lugar, la exposición gradual a la carga a través del ejercicio es la clave para mejorar la tolerancia mecánica en aquellas acciones que supongan una mayor demanda o amenaza. Realizar una completa valoración de las capacidades actuales del paciente nos permitirá saber desde que punto debemos de empezar a la hora de aplicar ejercicio. 

A continuación os dejo un vídeo con una progresión en varias fases de un jugador de fútbol con dolor en la zona de los huesos sesamoideos. Además, durante la primera fase de su recuperación utilizamos un vendaje con flossing para disminuir el dolor en el pie y mejorar la movilidad. 




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