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¿Qué debes saber sobre el edema óseo?

¿Han diagnóstico a algún paciente tuyo de un edema óseo? ¿Quieres saber qué es y por qué se produce? En esta entrada te contamos todo lo debes saber sobre el edema óseo. Pero, antes de comenzar, merece la pena destacar que en esta entrada del blog hablamos del edema óseo de origen mecánico en ausencia de traumatismo. Existen otras causas de edema óseo mecánico que van desde el síndrome de dolor regional complejo hasta la fractura, la lesión ligamentosa o el antecedente de cirugía. 

¿Qué es el edema óseo? ¿Cómo se diagnostica?

El edema óseo es un término que describe la imagen alterada de un hueso al realizar una resonancia magnética (no puede ser detectado con otras pruebas).El resto de pruebas diagnósticas (tomografía computarizada o densitometría ósea) se utilizan como medio de exclusión de otras patologías.

Todavía no se conocen con exactitud los cambios histológicos que producen la alteración de la señal durante la resonancia, pero una de las hipótesis es el desplazamiento de la médula ósea grasa normal por un material más rico en agua o aumento de la vascularización del tejido (artículo). Por último, el edema óseo puede producirse en cualquier hueso, siendo más prevalente en huesos que reciben carga axial (miembros inferiores principalmente).

¿Es el edema óseo realmente una patología? ¿O es una respuesta adaptativa?

El hueso es un tejido vivo y dinámico que responde al estrés mecánico, teniendo consecuencias cuando está en exceso (fracturas por estrés, fisuras…) y en defecto (consecuencias de la inmovilización). La carga mecánica genera la hipertrofia y remodelación de las trabéculas óseas como mecanismo adaptativo a la misma, lo que radiológicamente se puede ver como microfractura o edema medular. Existe, por tanto, un continuum entre la inmovilización y atrofia ósea, la respuesta fisiológica a la carga biomecánica y el exceso de carga con posible fractura por estrés. 

Una de las hipótesis más coherentes nos dice que el edema óseo se situaría dentro de este continuum como mecanismo adaptativo a la carga. Sin embargo, no está claro es a partir de qué parte del continuum el edema óseo se torna sintomático y motivo de queja del paciente, ese es el quid de la cuestión.

El edema óseo es muy comúnmente señalado en procesos de dolor como causa principal, sin embargo, este se puede dar tanto en personas sintomáticas como asintomáticas (artículo), no existiendo  a día de hoy un consenso claro sobre su implicación. Lo que sí tenemos claro, como en la gran mayoría de casos que hablamos de dolor, debemos de huir de reduccionismos y abrir la mente a más variables relevantes que pueden influir en la situación de la persona que tenemos delante. 

Evidencia científica sobre el rol adaptativo del edema óseo

Tenemos diversos ejemplos en la literatura que apoyan la hipótesis del edema óseo como respuesta ante la carga biomecánica extraordinaria (por encima del nivel que estamos acostumbrados). En el siguiente estudio, a 12 voluntarios asintomáticos durante 2 semanas se les introdujo una almohadilla en la parte lateral del pie para generar una sobrepronación en el mismo. Se realizaron resonancias magnéticas antes de poner la almohadilla, así como a las 2 semanas. 

Curiosamente se observó en 11 de los 12 voluntarios edema óseo que no estaba presente al inicio, siendo 10 de ellos en el lado sobrepronado. La intensidad del edema iba desde el difuso hasta el intenso llegando en 3 casos a mostrar cambios similares a la fractura de estrés. En el seguimiento a las 2 semanas, 2 de los 3 voluntarios resolvieron completamente el edema y en uno de ellos persistía pero de menor intensidad. Lo más sorprendente es que ninguno de los voluntarios refirió dolor más allá del disconfort de la almohadilla.

Conclusiones

El edema óseo puede ser una respuesta adaptativa de remodelación, como consecuencia de cargas que regularmente exceden los umbrales fisiológicos. Este se puede presentar tanto en sintomáticos como en asintomáticos, situándose dentro de un continuum que va desde la desadaptación y atrofia ósea en ausencia de carga (inmovilización) hasta la fractura por estrés cuando esta se mantiene de forma excesiva. Una de las herramientas fundamentales de las que disponemos para su resolución es la adaptación de la carga y el ejercicio adaptado (ya sabemos de sobra que la inmovilización no es una opción válida).

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